Sabiduría interior

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Cuando activamos en nosotros esa chispa que todo lo ilumina y nos permite ver las diferentes realidades de nuestra vida personal, laboral, social, podemos observar y diferenciar entre aquellas realidades que hacen vibrar nuestro corazón con amor, esperanza y las que traen frustración, desequilibrios emocionales o físicos.
Tomar conciencia de las dos polaridades que están siempre presentes puede llegar a ser la clave para encontrar ese contacto con nuestra esencia, que todo lo contiene, sin juicio entre bueno o malo, lindo o feo, espiritual o mundano, ya que todo depende de las creencias que cada individuo tiene sobre la vida y los caminos a recorrer como espíritu.
Les compartimos este cuento tan representativo donde cada sabio tiene su interpretación de la realidad y a la vez cada realidad unida a las otras realidades completa el rompecabezas de la existencia.

 

“Los seis ciegos y el elefante”

Cuenta la historia que en un lejano pueblo de la India habían seis ancianos, ellos jamás habían conocido ni visto a un elefante. Estos hombres, eran ciegos y al no poder ver, la única forma de conocer las cosas y los habitantes del mundo era a través del tacto.
Un día, entre esas charlas que tenían habitualmente surgió que les gustaría conocer a un elefante entonces decidieron pedirle humildemente al rey conocer el suyo. El monarca aceptó y los llevó con el elefante, al acercarse al maravilloso ser quedaron rodeando al animal.
Entonces el primero de ellos tocó uno de los colmillos del elefante y expresó: “¡Es punzante y liso como una lanza!”
El otro anciano dijo: “¡Esto no es punzante!” Nuevamente palpó la cola: “Este elefante se parece más a una cuerda”.
Otro de ellos tomó la trompa del elefante, y exclamó: “¡No! Es como una serpiente”.
El cuarto sorprendido de lo que escuchaba dijo: “Para mí se parece a un árbol”. Él había tocado una rodilla.
El quinto de ellos sostuvo que todos estaban equivocados porque cuando tocó las orejas al elefante, sintió que se asemejaba a un abanico.
El sexto hombre puso sus manos en el lomo, y quedó más confundido por lo que decían los demás ya que para él se parecía a una pared robusta y rugosa.
Los seis ancianos a los gritos empezaron argumentar cada una de sus impresiones, hasta que un hombre que se encontraba observando todo lo sucedido, ya que poseía la capacidad de ver, decidió exclamar fuertemente: “¡Basta! Todos tienen razón y a la vez no la tienen, porque cada uno de ustedes pudo tocar las diferentes partes del cuerpo del animal pero no su totalidad, entonces unan sus impresiones y sabrán como es el elefante.”
Agradeciendo a este hombre por sus sabias palabras, los seis ancianos se fueron felices con la nueva experiencia.

 

Reflexión: La verdadera sabiduría interior la despertamos cuando podemos percibir la realidad de otros seres humanos, porque el motor de la vida es el amor que compartimos con nuestros seres queridos y aún más con él desconocido que tiene o vive otra realidad, porque en este planeta azul todos estamos aprendiendo a vivir y cuando unimos realidades sin juicios podemos sincronizar la sabiduría interior.

Adaptación: Revista Bienestar

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