La vibración de la música

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La música es unos de los regalos más maravillosos que tiene el ser humano en este planeta y los seres que la componen tienen una misión superior que los lleva a fundirse en esa conexión, solo aquel que afina su corazón con las notas del universo pueden crear una partitura que trascienda en el tiempo y cada vez que es escuchada las almas se conmueven y elevan su vibración.
Un hombre sabio dijo que los artistas están en este plano para bajar la belleza del cielo a la tierra. Tantas veces el arte abrazo nuestras almas llenándolas de eso que no se puede describir pero que los sentidos responden a esas sensaciones, más de una vez resonamos con acordes musicales, más de una vez la música llegó hasta vibrar en lo más profundo de nuestro ser, que nos quedamos tarareando la melodía todo el día.
La vibración es la fuerza que todo lo mueve en nuestra existencia y el universo. En el número anterior profundizamos sobre sus características y la importancia de entender que un pensamiento tiene una frecuencia vibracional y que está conectado a todo un sistema biológico que dependiendo de donde estén resonando las emociones van a vibrar en alta o baja frecuencia si de forma neutral observamos nuestro sistema de pensamiento, vamos a poder transformar todo en nuestra vida ya que de un pensamiento podemos crear la armonía o la desarmonía física, emocional y espiritual.
Este momento que vive la humanidad evidencia que es tiempo de despertar consciencia de unidad primero en nosotros mismos, en las más altas vibraciones pueden desterrarse todo aquello que no pertenezca a la armonía de todo el sistema universal, si nuestras malas acciones han producido todo este desequilibrio al no cuidar el planeta, al alimentarnos con comidas que solo traen baja vibración y enferman el cuerpo, dejando de elegir lo natural, comunicándonos desde una maquina que te lleva acortar las palabras y toda esa desconexión con los verdaderos afectos, la familia, los amigos; olvidarnos de la empatía aquella que nos da la oportunidad de ponernos en el lugar del otro para simplemente respetar que no piensa igual, pero poder ver y sentir donde si puedo afinar esa frecuencia que nos hace resonar en paz y alegría.
En las escuelas de misterios en Egipto, Grecia, Roma se estudiaba en profundidad la fuerza creadora, que en estos días conocemos como la vibración del sonido, se desarrollaron tonos específicos para llegar a estados de consciencia superiores abriendo un abanico de posibilidades para entender el cuerpo y las influencias que los tonos producían en el sistema biológico, activando la curación, las capacidades de la mente como la percepción y elevando la vibración del espíritu. La física tiene un avance maravilloso de los estados de vibración, frecuencia, resonancia cuando empezaron a estudiar los átomos subatómicos. La frecuencia se calcula en Hertz e indica el ciclo de una onda, es decir, cuántas veces se repite en un intervalo de tiempo. Una frecuencia de «2 Hz» significa que la onda alcanza dos picos en un segundo.

La música de nuestro cuerpo
La frecuencia natural de un órgano sano va tener una resonante natural que armoniza con el resto del cuerpo cuando algún órgano no vibra en esa frecuencia natural se enferma, porque tiene un patrón de sonido diferente, por eso a través del principio de resonancia un cuerpo enfermo puede cambiar la frecuencia en vibraciones saludables. Hay frecuencias que pueden estimular a otras y modificarlas e igualarlas con la frecuencia natural, de tal forma que pueden sincronizarse los ritmos e incluso cambiar el ritmo cardiaco, respiratorio o las ondas cerebrales.
Los armónicos o sobretonos fue descubierto por el filósofo, matemático Pitágoras que a su vez fue maestro de música, Los armónicos se encuentran en cada sonido, desde la voz humana, instrumentos musicales, objetos, animales, etcétera. Son mezclas de frecuencias de tonos puros y tonos parciales. La frecuencia que es más grave la llaman fundamental, los tonos parciales son superiores a la frecuencia fundamental los conocemos como armónicos o sobretonos. Ellos son responsables de crear los sonidos individuales que escuchamos y los diferentes tonos cuando hablamos, al igual cuando cantamos. Los armónicos y la matemática son el yin y el yang siendo infinita la serie de armónicos porque cada uno es múltiplo geométrico de la frecuencia fundamental (cuanto más rápido vibra más agudo será el armónico). En las culturas orientales la ciencia se entrelaza con la música porque comprenden que la música sana dado que es una fuerza vibracional perteneciente al universo.
Pitágoras instaló la relación entre los intervalos musicales a partir del monocordio (instrumento compuesto por una única cuerda tensada sobre una caja de resonancia de madera) afirmó que a través del estudio de una cuerda que vibra sería posible comprender los aspectos micro cósmicos de la vibración sónica extrapolables a las leyes macro cósmicas del universo.
El cuerpo humano como caja de resonancia y filtro para transmitir el sonido, al tiempo que posibilita hacer sonidos simultáneamente con la voz. El efecto que podemos oír es una nota grave acompañada de una o más notas con chillidos. Es ancestral el canto de los armónicos tanto como una disciplina artística musical, cultural o espiritual, los países que desarrollaron esas costumbres Asia central, el Tíbet, Sudáfrica, el sur de Siberia.
El canto tibetano sobresale por su uso de los armónicos en los cuales suman texto sagrado en forma de mantras fundamentales. Combinando vocalizar y visualizar sus deidades, esto a los monjes los convierte en las energías que están invocando. Las claves para cantar los mantras son: la vibración del sonido, la pronunciación rítmica, el propósito, la entonación, el color, el centro y el símbolo.
Los seis sonidos curativos, es una forma de qi-gong en la que, además de los movimientos que favorecen la armonización de los órganos, se realizan fonaciones que contribuyen al equilibrio de las energías implicadas. El secreto curativo de los seis sonidos se encuentra en las frecuencias de onda de las sílabas Xu, He, Hu, Si, Chui y Xi, las cuales, crean una resonancia capaz de equilibrar la energía vital de cada órgano interno y de cada esfera funcional física, emocional y mental. El Dr. Sun Si Miao, prestigioso médico y alquimista chino del siglo V, tras realizar un estudio exhaustivo de toda la sabiduría popular y de las técnicas chamánicas del norte de China, elaboró esta conocida forma de qi-gong chino, en la que participan la coordinación del movimiento y de los patrones de respiración con sonidos específicos. En realidad, se trata de una práctica de meditación corporal dinámica, donde la intención y el gesto cobran mucha importancia, sin olvidar la conciencia del color correspondiente a cada órgano según la Medicina Tradicional China.

Sonidos sanadores
Resonar con la naturaleza es activar las capacidades físicas, librándonos de las frecuencias que llevan a desarmonizar el cuerpo y enfermarlo, vibrar en 432 Hz (oscilaciones por segundo, producidas por el sonido a esa frecuencia). Hay estudios que se basan en el movimiento planetario y tonos armónicos que se conectan con la idea de que todo es uno. Lucas Cervetti y Cristian Lacroix, son músicos y compositores de nuestro país, tocan en 432 Hertz. Esta afinación para ellos y muchos que empezaron afinar sus instrumentos en 432 Hz, consideran eleva la energía y equilibra el cuerpo y el ambiente.
La música es energía en expansión cuando vibra en un instrumento musical o la voz se podría decir que es un lenguaje que tiene la capacidad de trasformar tu mundo interno y activar talentos dormidos esa energía puede resonar con todas las frecuencias que manifiesten amor, comunicación, compasión, elevando la vibración de tu vida y de todo lo que te rodea. El mundo nos necesita unidos y resonando con frecuencias elevadas de amor… Empecemos ahora.

G.N.

Fuentes:
“Sonidos sanadores. El poder de los armónicos”, Jonathan Goldman, Gaia Ediciones, Madrid 2010.
“Chi Kung: Liu Zi Jue”, Clara C. Solsona.
“La medicina vibracional, el lado científico y sanador”, Camila Rodríguez.


Frecuencias y beneficios

El tono LA = 432hz es el fundamento de la música, el diseño inteligente en la naturaleza tiene una base armónica en 432 vibraciones por segundo.
La nota Do (C) vibra en 396 hertzios de frecuencia, para la liberación del miedo y la culpabilidad.
La nota RE (D) vibra en 417 hertzios de frecuencia para la transformación, transmutación, y conversión de nuestro estado mental, para llegar a la aceptación de lo divino.
La nota MI (E) vibra en 528 hertzios de frecuencia, para la transformación y reparación del ADN.
La nota FA (F) vibra en 639 hertzios de frecuencia para El Quantum Cognition esto es, mejorar el conocimiento, acelerar la inteligencia… ¿Cómo? Escuchando por prolongado tiempo el sonido de la nota FA el cerebro puede experimentar la reducción de un compuesto químico presente en el cerebro y denominado ácido quinurénico lo puede mejorar las capacidades cognitivas tanto de personas sanas como de pacientes que padezcan trastornos neurodegenerativos o psicóticos.
La nota SOL (G) vibra en 741 hertzios de frecuencia, e incide y en la expansión de la conciencia humana.
La nota LA (A) vibra en 852 hertzios y despierta la intuición, la nota LA afecta la glándula pineal o epífisis, la llamada tercer ojo, que constituya la antena del ser humano, no solo la intuición como parte de las habilidades del hombre, sino la telepatía, la psicoquinesis y otras capacidades del hombre, serian desarrolladas por la influencia de esta nota en el cerebro humano.
Por último, la nota SI vibra en 963 hertzios de frecuencia e incide en el sistema nervioso, estabilizándolo, y equilibrando las energías acumuladas por el estrés y otros factores.

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