Diciembre es un mes que tiene una calidez muy especial, nos sensibiliza y nos lleva muchas veces a reflexionar en todo lo que vivimos los meses anteriores. Antes del solsticio de verano, este año, todos los argentinos sentimos el corazón feliz porque la selección de fútbol nos representó con valentía y mucho talento, logrando la tercera consagración mundial.
La Nochebuena y la Navidad en este clima de alegría agudizó el sentirse agradecidos y sentir mayor empatía con todos los que nos rodean.
Espiritualmente tenemos la oportunidad de renacer en nuestro corazón la energía crística, Jesús o Joshua, para muchos es una presencia que vive en nuestro ser esencial que nos conecta con el amor, la paz, la compasión, la esperanza…
Alineando nuestro vínculo con todos los seres visibles e invisibles de este plano y también del Universo. Un fraterno hermano que vino a despertar el poder del amor en cada uno de nosotros. Elegir enlazarnos a esa energía crística es una decisión personal, no es religiosa, ni social, al igual que la naturaleza siempre está acompañándonos.
Que el nuevo 2023 llegué con más conciencia de hermandad en todos los hogares del mundo. Que la paz interior se manifieste y todas las voluntades se entrelacen en amor crístico. ¡Felicidades!
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